martes, 30 de diciembre de 2008

Alimentacion de la perra durante la lactancia!


A diferencia de la gestación, la lactación determina un considerable aumento en los requerimientos nutricionales de la madre, debido a la excepcional riqueza de la leche (de 1.200 a 1.500 kcal. por kg. de leche, en función de la raza y del día de lactancia).

El objetivo prioritario durante este período es proveer a la madre una alimentación cualitativa y cuantitativamente satisfactoria para que pueda cubrir los requerimientos de crecimiento de su camada, sin debilitarse. Para esto, hay que controlar la adecuación entre la oferta (la lactación) y la demanda (el desarrollo de los cachorros).

En algunos casos, en las razas muy prolíficas, será muy difícil equilibrar las entradas y las salidas, que pueden representar hasta 4 veces los requerimientos alimenticios de mantenimiento.

Durante la lactancia, es importante dar a la perra un alimento muy apetente y cuya densidad energética le permita cubrir sus requerimientos energéticos sin representar un volumen indigesto; en efecto, es inimaginable que una perra, acostumbrada a consumir 1 kg. de ración casera de mantenimiento, deba consumir 4 kg. de la misma ración durante el período de amamantamiento.

Un alimento hiperdigestible que aporte como mínimo un 30% de proteínas, un 23% de materias grasas (con respecto a la materia seca) y alrededor de 4.300 kcal/kg, conviene perfectamente a la mayoría de las perras en período de lactancia. También se aconseja dejar el alimento a disposición de la perra durante la lactancia, siempre que este no se eche a perder ni esté expuesto a la contaminación con excrementos.

Perfil nutricional de un alimento destinado a una perra en período de lactancia (con respecto a materia seca):
Proteínas 30 a 35% - Materia grasa 20 a 30% - Celulosa brura 1 a 2% - Calcio 1,25 a 2% - Fósforo 0,9 a 1% - Vitamina A 10.000 UI/kg. - Energía 4.200 a 5.000 kcalorías/kg. - Relación proteínas/Energía 75 a 85 g/1.000 kcalorías.

En resumen, la elección de un alimento de "lactancia" debe tener en cuenta los siguientes criterios:

  • La apetencia de la ración, que depende especialmente de la calidad y la cantidad de materias grasas y proteínas de origen animal,

  • Su alta digestibilidad, que permite la buena asimilación de un volumen razonable de ración (ausencia de hinchazón abdominal después de las comidas, pocos excrementos y de buena consistencia),

  • Su valor energético elevado que orienta la elección hacia una alimentación seca,

  • La calidad y la cantidad de las proteínas indispensables para el desarrollo esquelético y muscular de los cachorros,

  • Los niveles adecuados de calcio, magnesio y vitamina D para limitar el riesgo de eclampsia (crisis convulsivas durante la lactación), particularmente en las perras pequeñas con camadas numerosas.

El crecimiento armonioso de la camada constituye una fuente de información indirecta sobre la calidad de la lactación y por lo tanto sobre la salud de la madre.

recordemos que lo que se debe buscar es esencialmente el equilibrio de la formulación, ya que el agregado de cualquier corrector a la ración para compensar un eventual déficit puede perturbar la absorción de los demás componentes. Las carencias de zinc consecutivas al agregado exagerado de calcio o las tetanias de la lactancia debidas a una suplementación anárquica de calcio son los ejemplos más frecuentes observados en los criaderos caninos.

Cualesquiera que sean las cantidades de alimento distribuidas, la pérdida de peso de la perra con respecto a su "peso óptimo" no deberá exceder del 10% después de un mes de lactación. Esta pérdida de peso, a menudo inevitable, deberá recuperarse en el mes siguiente al destete de los cachorros.